viernes, 31 de octubre de 2008

Las relaciones públicas en los años de la hecatombe

Para los que no se han dado cuenta, y en Puerto Rico hay muchos, el mundo como lo conocíamos dejó de existir con la hecatombe de los préstamos "subprime", AIG, Lehman Brothers y Wachovia. De hecho, me asombra que todavía no nos enteremos, tras 27 meses de una recesión criolla.

Según la psicóloga Elizabeth Kubler-Ross, cuando las personas enfrentan eventos desagradables pasan por cinco etapas: negación, enojo, negociación, depresión y aceptación. Como pueblo, todavía estamos en la primera.

Nos movimos un poco al enojo con los "animalitos" de Jorge Rodríguez en la Autoridad de Energía Eléctrica. No hemos llegado aún al punto de negociar con nosotros mismos nuevos estilos de vida y de consumo.

La depresión, cuando llegue, podría encaminarse en dos direcciones: la negativa, caracterizada por el fortalecimiento de las adicciones (drogas, alcohol, juego) y de males sociales (la violencia doméstica, asesinatos y suicidios); o la la positiva, hacia un resurgir de la convivencia en comunidad y alternativas económicas de entretenimiento (fiestas de marquesina, carnavales de pueblo).

De la aceptación debe surgir un pueblo más maduro y ecuánime, tras una "Operación Serenidad" a destiempo y a la fuerza.

¿Qué tiene que ver esto con nosotros los relacionistas? Sin duda alguna, tendremos nuevas presiones. Si trabajamos en el interior de una organización, donde somos vistos como una función de apoyo, tendremos que esforzarnos en probar el valor de nuestra disciplina para lograr objetivos cuantificables. Si somos consultores, tendremos que hacer lo mismo para que nuestra iguala no sea la primera víctima del hacha de los contables encargados de cuadrar reducciones presupuestarias.

Pero como en todo, hay oportunidades. Me parece que, en este momento histórico, tenemos la oportunidad de orientar a nuestros públicos sobre estrategias de supervivencia a nivel emocional y financiero. Tenemos que orientar a nuestras organizaciones y clientes sobre prácticas correctas, particularmente en términos de comunicación interna y responsabilidad social corporativa. La noticia positiva, finalmente, tendrá un terreno fértil, en medio de tanto nubarrón de negatividad.

¿Qué piensas tú?

3 comentarios:

Amarilis Viera dijo...

Es en momentos como estos que el verdadero profesional de las relaciones públicas se crece. Es en momentos como estos, que no sólo pensamos en facturar y sobrevivir. Escogimos esta profesión con la convicción de que las Relaciones Públicas puede modificar conductas y motivar opiniones.

Es el momento de crear proyectos de conciencia social y ayuda a la comunidad (comunidad interna y externa). Es tiempo de crear programas concretos que permita a nuestros clientes ver a través de nuestras recomendaciones buenas alternativas para que en tiempos difíciles como los que vivimos sus empleados y clientes mantengan su lealtad y compromiso.

No podemos sentarnos a esperar que nuestro cliente o jefe nos pida ayuda, es el mejor momento de hacernos necesarios, de tomarlos de la mano, de convertirnos en su sombra. Hagamos de esta Depresión que ya estamos viviendo, una Depresión Positiva y resurjamos como el Ave Fénix.

Joseph Martínez dijo...

Amarilis: Gracias por tu comentario. Concuerdo contigo y me parece que en momentos como éste es que se crece el compromiso social de la profesión y el de nosotros como individuos. El aspecto de la proactividad también es esencial.

Saphira dijo...

Saludos, me encanta leer tus escritos. Estoy en medio de la tesis y cuando creo que ya tengo todo aparece otro tema que me interesa. Eso se agrava cuando veo un nuevo escrito y sigo pensando que está incompleta.
En una ocasión leí uno sobre los blogs de las compañías y el efecto negativo al leer unos comentarios de una empleada de la organización.
Hay un tema que me interesa mucho y es el seguimiento en la planeación de un plan de relaciones públicas. Hoy estuve en un restaurant de comidas rápidas y tenía un cartel ofreciendo una estampilla para ayudar al Museo de Arte de Ponce, fue una lástima porque ningún empleado sabía de qué trataba. Qué apoyo puede tener la campaña si no incluimos a todos los que estarán ofreciéndola?

le agradezco sus brillantes artículos, son fantásticos y reinvindican la profesión que tantas veces es lastimada por personas que no la conocen.....