martes, 20 de julio de 2010

De torpezas y sinsentidos

La frase de los norteamericanos "Shooting yourself in the foot" describe al dedillo varios de los faux pas de comunicación que se han dado en Puerto Rico en los últimos meses. Para los que no la han escuchado, la frase describe aquellos momentos en que decimos o cometemos una grave torpeza que termina causándonos daño a nosotros mismos.

Uno de los casos más recientes y notables, sin duda alguna, fue la decisión del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, de negar el acceso a los miembros de la prensa para cubrir los trabajos de la Cámara Alta. Mientras todos los relacionistas nos matamos para que nos cubra un medio, este señor se encargó de perjudicar su propia proyección pública con una decisión insensata y arbitraria cuyas repercusiones sentirá por años. "He shot himself in the foot", dirían sus colegas en Washington, D.C.

El señor Rivera Schatz ya había cerrado las gradas para los ciudadanos, cuestión que no generó tanto revuelo mediático como el que merecía. Quizás es un reflejo de que realmente no nos importa lo que pasa allí, o que los medios fallaron en cubrirlo lo suficiente porque sus intereses no se habían visto amenazados hasta el momento. Nos recuerda que no debemos hacernos de la vista larga cuando los derechos de otros son violentados, pues vendrá el momento en que coartarán los nuestros.

Otro que se "disparó en el pie" fue el Superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, al desplegar frente a las cámaras de televisión el torpe y excesivo uso de la fuerza como respuesta a una manifestación pública legítima y, para colmo, vanagloriarse, también frente a las cámaras, que él era directamente responsable de todo lo que habíamos visto allí. Los abusos que se cometieron ese día terminaron desplegados no sólo en Puerto Rico, sino en la prensa internacional.

La semana pasada, la Autoridad Metropolitana de Autobuses hizo lo propio al cambiar muchas de sus rutas sin notificar -nada más y nada menos - ¡que a sus usuarios! O sea, la gente llegaba al terminal de Carolina, al de Capetillo o el de San Patricio, y de repente el mismo chofer les decía que su guagua ya no pasaba por allí, o que no llegaba a sus trabajos, o que cruzaran la calle porque la parada cambió de lugar. ¿Es que a nadie allí se le ocurrió pautar un anuncio en el periódico? ¿O que tal hacer una comunicación en papel, sacarle fotocopias y distribuirla en los terminales?

Todos estos daños son autoinfligidos, innecesarios y muestran un grave desconocimiento – ¿o será menosprecio? -- hacia los procesos de comunicación.

lunes, 12 de julio de 2010

Receso de verano

El mes de junio me cogió con el letargo del verano y las primeras semanas de julio también. Hoy me obligo a escribir nuevamente para no perder la costumbre y seguir compartiendo con ustedes información y noticias sobre las relaciones públicas y la comunicación.

Gestiones para la licencia

Una de las cosas que comencé y que he dejado a medio camino durante estos meses fue gestionar la licencia de relaciones públicas bajo la cláusula de convalidación. No ha sido tan fácil como esperaba.

En mayo, aproveché una reunión de trabajo en el Viejo San Juan para buscar el formulario de solicitud en la Oficina de Juntas Examinadores del Departamento de Estado.

El segundo paso fue buscar la carta de la Public Relations Society of America (PRSA) que indica que tengo mi acreditación al día. Lamentablemente, como nunca he tenido que usar este documento en el pasado, no lo archivé con el cuidado que ameritaba y lo extravié.

Siguiendo el consejo de la colega Gladys Díaz, quien lleva varios años desempeñándose como “Accreditation Chair” del examen de acreditación en relaciones públicas, envié un e-mail a la PRSA para solicitar un duplicado. Me respondieron que no lo tienen disponible pues ya mandaron la copia de mi carta al archivo inactivo, aunque se emitió hace menos de dos años.

La solución sugerida fue que, ya que mi acreditación vence el diciembre de 2010, hiciera una radicación temprana del formulario de mantenimiento de acreditación y de este modo recibir una carta nueva que pueda utilizar para tramitar la licencia de Puerto Rico. Voy a eso en los próximos días. Les mantendré al tanto de mis gestiones.

Y tú, ¿ya tienes tu licencia? Déjame saber cómo te fueron las gestiones y si tienes alguna sugerencia que compartir con tus colegas.